En anteriores escritos he mencionado a Keith Ferrazzi. No en vano él es un experto en el cultivo de las relaciones humanas. Ferrazzi viaja y se relaciona por todo el mundo: Londres, Bahrain, Amsterdam… Sus viajes le hacen reflexionar sobre las relaciones humanas y tomar conciencia de la importancia de servir a los demás. Comparto esa reflexión: servir a los demás te transforma.
A quienes no lo hayan leído aún, les recomiendo un libro escrito por Keith Ferrazzi y Tahl Raz, de lectura fácil y muy reveladora: Nunca comas solo. La vida se transforma si uno ve al otro como una oportunidad de ayudar y ser ayudado. El cultivo de relaciones auténticas le hace a uno mirarse al espejo y preguntarse si predica con el ejemplo. Naturalmente, no siempre se puede responder a esa pregunta con un sí rotundo. Sin embargo, ser consciente de ello puede ser el comienzo de un nuevo capítulo en la vida. Algo así le ocurrió a Keith Ferrazzi cuando hace algunos años comenzó con el proyecto Meals on Wheels (“comida sobre ruedas”, un servicio para repartir comidas a indigentes y personas necesitadas). Esa experiencia le transformó cada semana que se acercaba a las vidas de otras personas de una forma tan directa, poderosa y sencilla. Ferrazzi afirma que le sirvió más a él que a cualquiera de las personas a quienes repartió comida, hasta tal punto que, ahora, servir se ha convertido en algo contagioso. Cuando viaja, hace todos los esfuerzos posibles para vincularse a actos de servicio.
Hace algunos meses, participé en la jornada del Día solidario de OlaCoach visitando la Fundación Catalina Suarez, una residencia de ancianos sita en Madrid. Pasé unas horas inolvidables junto con Lupita Volio escuchando a unos ancianos y conociendo su mundo más de cerca. Aquella experiencia me hizo repetir por mi cuenta. Recomiendo participar en este tipo de eventos y colaborar en la medida de lo posible con organizaciones que hagan una labor solidaria. No obstante, cualquier labor social o solidaria comienza por uno mismo: no hace falta ser una gran empresa o institución, todos somos grandes. Transmitamos un poquito de esa grandeza a quienes, por diversas circunstancias, no lo ven o necesitan que alguien les dé un empujoncito para verlo. Todo comienza con una sonrisa. ¡Qué sencillo y poderoso! ¿A quién vas a sonreír hoy?
Michael Thallium