Ayer por la tarde asistí a los ensayos de la Joven Orquesta “Allegro” Ciudad Lineal que hoy da su concierto de presentación en Madrid en el auditorio Carmen Laforet. Allí conocí al padre de unos de los trompistas de la orquesta, quien me contó que vivían en un pueblo de la provincia de Cuenca y que dos veces por semana lleva a su hijo de 17 años al conservatorio (60 km) para que siga estudiando música… Así son las historias de dedicación de muchos padres cuyos hijos son músicos profesionales en ciernes: historias anónimas.
Después del ensayo, Victor Morales, el director de la orquesta y Alonso, el trompetista, anduvimos por el Barrio de las Letras restaurando el estómago con buenas tapas y alimentando el espíritu con conversaciones musicales. Fue entonces cuando el joven trompetista y futuro director de orquesta -estoy convencido de que algún día llegará a serlo- me habló con cariño y admiración de su maestro, un tal Rafael Pascual-Vilaplana, de quien yo jamás antes había oído hablar… Y basta que no conozca algo o a alguien para que me ponga a indagar. Así que indagué y descubrí toda una música desconocida para mí hasta ayer. Sin embargo, creo que también es una música ignorada por la mayoría de los españoles. De hecho, parece que Rafael Pascual-Vilaplana es mucho más conocido y valorado en el extranjero que en España. ¡Quien tenga oídos, oiga! No, mejor aún: ¡Que escuche!
Si deseas conocer un poco más de este compositor y director de orquesta, visita su página web: http://www.pascualvilaplana.com/
Michael Thallium
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