Adaptación al español del original inglés por Michael Thallium. Si deseas leer el original en inglés, visita: The Joys of Teaching de Amit Nagpal. “Moving up from good to great” (Ascender de lo bueno a lo grande) es una columna mensual sobre cómo llegar a ser un gran ser humano y ofrece dos opiniones sobre el tema desde oriente (Amit Nagpal, en la India) y occidente (Michael Thallium, en España).
LA ADAPTABILIDAD NOS ENGRANDECE
Opinión de Amit Nagpal
Hay un proverbio chino que dice que “un sabio se adapta a las circunstancias como el agua al recipiente que la contiene”. El entorno cada vez más mundializado requiere que seamos cada vez más adaptables. La raza humana sobrevive y se adapta a lugares con temperaturas bajo cero y por encima de los 50 grados Celsius de calor. Estamos dotados de adaptabilidad, aunque lleve tiempo y algo de esfuerzo adaptarse a las distintas temperaturas, culturas, modos de pensar y estilos de vida.
El origen de la palabra ‘adaptabilidad’ viene de la palabra latina ‘adaptare’ (ad- hacia y aptare, ajustar, ceñir, aplicar…) que significa ‘ajustarse’. Según Andresen y Gronau, la adaptabilidad es una habilidad para cambiar algo o a uno mismo a fin de ajustarse a los cambios que ocurren.
Las barreras para la adaptabilidad
Los distintos tipos de bloqueos mentales como la preferencia, los estereotipos, el etnocentrismo, la intolerancia y los ‘ismos’ crean obstáculos para la apertura de mente que se requiere para la adaptabilidad. P.S. Perkins ha sugerido una gama de prejuicios.
La preferencia es un prejuicio personal y también un asunto de elección privada que cada individuo merece hacer. Ejemplo: la preferencia del trigo al arroz en el norte de la India.
Los estereotipos son la tendencia a generalizar el comportamiento de un determinado grupo de edad, raza o clase de personas sin ninguna prueba. Ejemplo: todos los estadounidenses son agresivos.
El etnocentrismo es la creencia de que “mi cultura es mejor que las demás”. Ejemplo: las personas del pais X creen que son la raza superior en el mundo.
La intolerancia es el etnocentrismo extremo ejercido al comparar un grupo con otros.
Los ismos son el resultado de acciones para oprimir a otras personas o grupos debido a las diferencias, por ejemplo, sexo, edad, etc.
Cuantos menos prejuicios tenga una persona más tendrá la mente abierta y le resultará fácil adaptarse a cualquier lugar, cultura, grupo de edad, clase, etc.
¿Cómo llegar a ser más adaptable?
Dane E. Smalley dice que “la supervivencia de los más adaptados es la ley natural eterna, pero los más adaptados rara vez son los fuertes. Los más adaptados son aquellos dotados de las cualidades para la adaptación, la habilidad para aceptar lo indefectible y conformarse con lo inevitable, armonizar las condiciones existentes o cambiantes”.
Para aumentar tu adaptabilidad, interacciona con personas de diversas culturas y educación. Cuando quiera que viajes a un nuevo lugar, prueba la comida local, aprende algunas frases de la lengua del lugar e intenta mezclarte con los lugareños. Aprende sobre las diferencias culturales (con tu cultura) y las costumbres o tradiciones. Hasta Mahatma Gandhi hizo hincapié en que la adaptabilidad es el poder de la resistencia y la asimilación.
Cuanto más te adaptes a la cultura local, más te aceptarán (y menos te sentirás como un alienígena). Cuanto más te esfuerces por adaptarte, más te acercarás a los corazones de los nativos.
“Sí, todos somos distintos. Costumbres distintas, comidas distintas, maneras distintas, lenguas distintas, pero no tan distintas como para que no podamos llevarnos bien los unos con los otros. Estaremos en desacuerdo sin ser desagradables.” - J. Martin Kohe
LA ADAPTABILIDAD NOS ENGRANDECE
Opinión de Michael Thallium
Cuando miro atrás, veo que la adaptabilidad ha sido una característica constante en mi vida, especialmente en los últimos 20 años. Como se suele decir: “No hay nada tan constante como el cambio”. Pero yo también añadiría que si el cambio es “constante”, la adaptabilidad es “equilibrante” y te conduce a la grandeza.
En mi caso, una de las cosas que más contribuyeron a aumentar mi adaptabilidad fue aprender idiomas, lo que, finalmente, me llevó a “viajar”. Recuerdo la primera vez que estuve en el extranjero, allá por 1991. Fui a Hamburgo, en Alemania, y ese fue uno de los puntos de inflexión en mi vida. El Muro de Berlín -al menos la barrera física- ya no estaba. Recuerdo que, cuando llegué a Hamburgo, esperaba encontrarme con personas alemanas, altas, rubias, con ojos azules, justo el estereotipo que había visto en las películas, parte del acervo cultural de la primera mitad del siglo XX. ¡Pero muy lejos de la realidad! Hamburgo era una ciudad cosmopolita y encontré más personas bajas, de pelo y ojos oscuros de lo que jamás pudiera haber esperado.
Unos renglones más arriba dije que aprender idiomas contribuyó a aumentar mi adaptabilidad y eso es bien cierto. Como traductor o intérprete, adaptas el significado del mensaje de una lengua a otra e, idealmente, quieres transmitir el espíritu del mensaje del emisor al oyente o receptor. Créeme, tienes que adaptarte a las necesidades del emisor y del receptor, si no, ¡la comunicación será pobre!
Debido a mis distintos trabajos, hubo veces en mi vida en las que tuve que cambiar de residencia y hasta cambiar de países con bastante frecuencia. Trabajando como animador turístico en hoteles, aprendí una de las primeras lecciones sobre adaptabilidad. La mayoría de los huéspedes solía quedarse en los hoteles una o dos semanas, así que cada dos semanas yo tenía que lidiar con personas totalmente distintas y adaptarme a una realidad muy distinta. ¿Qué lección aprendí primero? Aprendí a seguir siendo yo mismo en circunstancias y entornos cambiantes.
Trabajar para empresas de cruceros fue también una gran oportunidad para potenciar mi adaptabilidad. Digamos que tuve que cambiar puestos de trabajo de mayor rango por trabajos de menor rango y empezar desde cero unas cuantas veces. Trabajé con personas de todas partes del mundo -algunos de los equipos de trabajo tenían más de 50 nacionalidades distintas- y ese fue también mi primer contacto con personas de distintos países asiáticos: India, Pakistan, Indonesia, Filipinas, China, Birmania, Tailandia… En mi ascenso hacia distintos puestos de trabajo, tuve que adaptarme a las muchas y diferentes formas de ver el mundo que tiene la gente: religiones diferentes, idiomas, cultura, comida… ¡Muy interesante! La segunda lección sobre adaptabilidad que aprendí: eres capaz de adaptarte a todas esas realidades distintas si sigues siendo auténtico y te deshaces de la intolerancia.
El coaching es otro ejemplo de adaptabilidad. Como coach, te adaptas a la agenda del cliente y aprendes a ser tan neutro y libre de juicios como puedes. Mientras haces coaching, aprendes un montón sobre el ser humano así como de ti mismo. La tercera lección sobre adaptabilidad: para lograr objetivos, cada cual sigue su propio camino y ritmo. Como coach, tienes que adaptarte a ese ritmo.
Por último, aunque no menos importante, la música que, por supuesto, tiene un papel importante en mi vida. De todos los distintos estilos musicales de todas partes del mundo he aprendido la cuarta lección sobre adaptabilidad. Si quieres saber qué es la música, no cojas solamente un montón de sonidos de ella y te pongas a escucharlos. La música no es solo sonidos (aunque si le quitas los sonidos, pierdes una cualidad esencial de la música): la música también incluye el ritmo, el tono, el timbre y la fluidez en el tiempo. Así que, si quieres conocerte -y esta es la lección crucial- pon atención a tu ritmo, tu tono, tu timbre y a la fluidez de tu ser en el tiempo.
Tu grandeza requiere un enfoque holístico. ¡Eso es seguro!
Great post. I will be experiencing many of these issues as
well..