Adaptación al español del original inglés por Michael Thallium. Si deseas leer el original en inglés, visita: Two Opinions on Uncovering our Greatness. “Moving up from good to great” (Ascender de lo bueno a lo grande) es una columna mensual sobre cómo llegar a ser un gran ser humano y ofrece dos opiniones sobre el tema desde occidente (Michael Thallium en España) y oriente (Amit Nagpal en la India).
LA HUMILDAD NOS ENGRANDECE
Opinión de Amit Nagpal
La humildad es una lección que la vida me ha enseñado por medio del tratamiento de choque. Hace casi un año, cuando mi director de universidad, quien apreciaba mi humildad, me pidió que diera un discurso de despedida, eso me trajo a la memoria mis días de infancia.
Así que comencé mi discurso diciendo: “Como dice el famoso refrán “no hay santo sin pasado ni pecador sin futuro”. De ninguna de las maneras he reivindicado que yo sea ningún santo, pero sí que he procurado hacer lo mejor para ser humilde. Aunque en la vida me he esforzado por mi crecimiento personal (antes que mejorar a otros), la vida tuvo que darme una dura lección para hacerme humilde.”
Seguí con la historia de mi infancia. Decidí ser brutalmente sincero con mis propias lecciones y fracasos. Proseguí diciendo: “Siempre fui el primero de la clase por lo que se refiere a las notas. Aparte de lo académico, tenía unas enormes destrezas en distintos campos, desde debatir, escribir discursos para las elecciones, actuar en comedias satíricas, hacer poemas, moderar, etc. Logré demasiadas cosas de forma demasiado rápida, lo cual me enorgullecía. A la edad de 12 años, vi cómo mi nombre aparecía como “Balvaki” (niño poeta) en destacados periódicos en el idioma hindi. Llegué a ser el líder indiscutible al llegar a la secundaria. Fue un periodo dorado en mi vida por lo que se refiere a los logros, pero estaba vacío emocional y espiritualmente. Al ser un niño, ni siquiera me daba cuenta de que me estaba volviendo cada vez más arrogante.”
También era muy científico en mi pensamiento, tenía un laboratorio de química justo en mi casa y rechazaba a Dios por no ser científico.
Hay un famosas palabras:
“Por regla general, el hombre es tonto, cuando debería hacer calor, él lo hace frío. Cuando debería hacer fresco, él lo hace caliente, siempre haciendo lo que no debería.”
Antes bien, yo creía:
“Por regla general, Dios es tonto, cuando debería hacer calor, Él lo hace frío. Cuando debería hacer fresco, Él lo hace caliente, siempre haciendo lo que no debería.”
Hace poco escribí en Facebook: “La vida es una maestra y nos enseña por medio de amargas experiencias cuando nos negamos a aprender por nosotros mismos. Sigue aprendiendo, sigue evolucionando. Alguien dijo con razón que si aprendes las lecciones, no tendrás que pasar por las experiencias.”
Como yo no había aprendido la lección de ninguna forma, tuve que pasar por las experiencias que me obligaron a ir en busca del alma. Según iba recibiendo revés tras revés, pase de ser un poco narcisista a encontrarme en un estado de baja autoestima. Las tribulaciones parecían no acabar nunca y decidí rendirme a la voluntad de Dios. Cuanto mayor es el orgullo, mayor es la caída. Tan pronto como comencé a cambiarme a mí mismo, mi vida comenzó a transformarse de manera sorprendente.
La humildad nos engrandece. Entonces, ¿estoy reivindicando ser grande? Bien, todos somos grandes ya, tan solo tenemos que sacar esa grandeza fluyendo con el universo. Deja que tu voz, tu lenguaje corporal, tus escritos y cada célula de tu cuerpo se llene de humildad. Llena la mente de positividad; de gratitud, el corazón y de fe, el alma. Y prepárate para que el Universo te sorprenda, bendiga y te conmocione agradablemente.
LA HUMILDAD NOS ENGRANDECE
Opinión de Michael Thallium
Hace un par de semanas, cuando Amit Nagpal sugirió que escribiéramos un articulo sobre la humildad, pensé que era un buen tema sobre el que escribir. Sin embargo, empecé a pensar en qué podía escribir yo sobre la humildad que no se hubiera escrito ya. ¡Y me bloqueé! La fecha de entrega de este artículo se acercaba cada vez más y yo no había comenzado a escribir nada.
Entonces, me ocurrieron tres cosas que me sirvieron para decidirme y, finalmente, escribir el artículo. La primera fue la historia de la que supe ayer. ¿Has oído alguna vez hablar de Carly Fleischmann? ¿No? Pues yo, tampoco… hasta ayer. Estaba yo echando un vistazo al muro de una de mis amigas de Suiza en Facebook, Christina Weidmann, y vi un enlace a un vídeo (en inglés) muy interesante titulado Autistic girl expresses unimaginable intelligence (Una niña autista expresa una inteligencia inimaginable). Seguidamente comencé a investigar por la red para averiguar sobre esa niña. Carly es una niña autista que no es capaz de hablar pero, sorprendentemente, todo cambió cuando al cumplir once años le enseñaron un ordenador. Entonces, Carly comenzó a escribir mensajes y, finalmente, encontró su “voz”. Como Carly escribe en su blog, el cual te recomiendo http://carlysvoice.com: Don’t give up! Your inner voice will find its way out, mine did (“No te rindas! Tu voz interior encontrará su camino, la mía lo hizo”). Y lo que aprendí de ella acerca de la humildad es que realmente tienes que tomarte tiempo para conocer a las personas antes de formarte una opinión sobre ellas y adelantar conclusiones.
La segunda cosa que me ocurrió fue una conversación que mantuve con mi querida amiga Jeanie Flowers. Cuando le dije que tenía que escribir un artículo sobre la humildad, Jeanie respondió: Ese es un tema interesante, la humildad. Creo que para muchas personas no es algo que les venga de forma natural. Cuando somos jóvenes, nos creemos que lo sabemos todo, que tenemos que ser “los mejores” en todo o, por lo menos, en algo. Para muchas personas es difícil ponerse de acuerdo con la realidad de que un montón de personas van a ser, cuando menos, tan buenas como tú en cualquiera de las cosas que hagas, y para algunos de nosotros no es hasta más tarde en la vida que nos damos cuenta de ello. Eso está bien. No se trata de una competición, pero algunas personas quieren que su vida sea de esa manera. Ser la madre de Rachel (Rachel Flowers es ciega) me ha enseñado humildad. Para entender sus palabras, debería añadir que Jeanie Flowers dejó su carrera musical (es etnomusicóloga, guitarrista, cantante y compositora) y tiene un empleo a tiempo completo para alimentar y cuidar de sus dos hijos ella sola.
La tercera cosa que me ocurrió fue bien sencilla: se me acababa el plazo y tenía que terminar este artículo. No había excusas.
Algunos diccionarios definen la “humildad” como la cualidad de ser modesto y respetuoso. Esto es algo que jamás podemos olvidar. Yo, como coach apasionado por la grandeza de las personas, hago coaching a personas y no veo otro modo de hacerlo que ejercitando la humildad. Tienes que tomarte tiempo para conocer a tus clientes antes de “juzgarles”. Precisamente, eso es lo que como coach tienes que evitar: juzgar. Tienes que dejar tu agenda para adaptarte a la agenda de tus clientes. Y, por supuesto, en coaching los plazos son también muy importante para la consecución de las metas.
Recientemente he estado escuchando un “libraudio” (como yo llamo en español al audiobook) muy interesante de Jim Collins que se titula Good to Great (en español se puede encontrar el libro De buena a grandiosa, aunque en la fecha en que este artículo se publica, no hay más “libraudio” que el original en inglés). Jim Collins habla del “Liderazgo de Nivel 5” En su investigación durante cinco años, de 500 empresas de la lista Forbes, solo 11 dieron el gran salto de buenas a grandiosas. Y todas estas 11 empresas tenían algo en común: “líderes de nivel 5”, que se caracterizan por su “humildad” en comparación con algunos de los actuales “gurús” empresariales. Un líder de nivel 5 es humilde, pero no te equivoques: la humildad no significa “debilidad”. Al contrario, los líderes de nivel 5 están resueltos a hacer cualquier cosa que necesiten para lograr sus objetivos basándose en la sostenibilidad de las empresas y el servicio a los demás.
Así que la humildad nos ayuda a dar el salto de buenos a grandiosos, nos ayuda a comprender a los demás, como escribía Carly, tomándote tiempo para conocerlos antes que juzgarlos, y la humildad nos ayuda a darnos y a hacer cosas por los demás como Jeanie hizo por sus dos hijos.
Estas fueron mis humildes palabras sobre la humildad. ¡Se acabó el plazo!