Continuando con el debate que intentamos fomentar y con el que comenzamos hace un par de días en Cómo lograr que los niños se interesen por la música de concierto Parte I y Parte II, aquí vamos con la tercera entrega. A continuación la traducción del artículo de Robert Greenberg. Para leerlo en la versión inglesa original: AQUÍ.
Siempre me ha parecido que, en esencia, hay dos distintos tipos de música. El primero es el que podríamos denominar “música generacional”: la música contemporánea que oímos y cantamos y tocamos mientras crecemos – la música que representa la infancia, la inocencia, la mayoría de edad, el despertar sexual, los amigos, los primeros amores y primeros desengaños amorosos. Para mí, esa música – la música que aún puede transportarme a los lugares de otro modo olvidados – incluye a Peter, Paul & Mary; los Beatles, Jimi Hendrix, Simon y Garfunkel, Led Zeppelin, Crosby, Stills, Nash & Young, Chicago y Blood, Sweat and Tears.
Lo que esto quiere decir es que cada generación de jóvenes pistoleros tendrá su propia música. Nuestro trabajo como padres o adultos no es denigrar la música de nuestros hijos (lo cual puede probar ante nuestros hijos que somos los viejos chochos que ya creen que somos), sino más bien COMPLEMENTAR lo que escuchan con otro tipo de música, lo cual significa TODO LO DEMÁS.
Con “todo lo demás” lo que realmente quiero decir es “todo lo demás”. Hablemos a las claras mañana sobre lo que constituye ese “todo lo demás”.
Robert Greenberg
En mi caso, algunos de los ejemplos de mi particular “música generacional” son Jean Michel Jarre, Azul y Negro, Queen, Franco Battiato…
¿Cuáles son los tuyos?
Michael Thallium
Global & Greatness Coach
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