Hace 7 días, es decir, hace 168 horas o 10.080 minutos si lo prefieres, publiqué en este blog De la felicidad y la dicha: DEFINICIÓN. Ahora, 604.800 segundos más tarde, publico este otro artículo que trata de la gratitud. Siete, ciento sesenta y ocho, diez mil ochenta, seiscientos cuatro mil ochocientos… Son solo números que equivalen a una semana según la unidad de tiempo que tomemos, a saber: días, horas, minutos y segundos respectivamente. Si miras atrás en la última semana, ¿cuántos segundos, minutos u horas te has sentido feliz o dichoso?
El primero de los pecados capitales contra la felicidad es: “Devaluar la idea de felicidad”. ¿Qué quiere decir eso de “devaluar la idea de felicidad”? Simplemente, que en muchas ocasiones tendemos a pensar que realmente eso de sentirse feliz es una “chorrada”, que es solo cosa de gente ociosa que tiene tiempo para pensar en esas patrañas, que tenemos que cumplir con nuestras obligaciones diarias, sacar adelante nuestros proyectos, ganarnos el pan y divertirnos cuando llega el fin de semana o cuando podamos. El antídoto contra este pecado es: “dar prioridad a la felicidad pero sin perseguirla ni obsesionarse”. Para lograr algo, uno tiene que saber muy bien que es lo que quiere lograr. Por eso, hace 168 horas, es decir, hace una semana, propuse un ejercicio que consistía en crear una definición de felicidad y enumerar tres o cuatro cosas que uno puede hacer para incorporar esa definición en la vida. Te recomiendo que hagas ese ejercicio si aún no lo has hecho, porque de esa forma comprenderás mejor el ejercicio que se deriva del antídoto contra el segundo pecado capital contra la felicidad. ¿Cuál es el pecado capital n.º 2 contra la felicidad? “Perseguir la superioridad sobre los demás”. A todos nos gusta hacer las cosas bien y sentirnos superiores, pero cuando ese sentimiento de superioridad nos lleva a menospreciar a las demás personas, generamos un foco de infelicidad. ¿Cuál es el antídoto? Fluir. Mihaly Csikszentmihalyi habla de ello en un libro que precisamente se titula así: Fluir. Así que no voy a ahondar en este concepto, porque puedes aprovechar para leer el libro e indagar por tu cuenta. No obstante, si te da pereza leer, también puedes ver el vídeo cuyo enlace pongo más abajo y que se titula “Fluir”. Cuando uno fluye aumenta la creatividad y la propensión a un estado de gratitud, ese sentimiento que nos conduce a estimar el beneficio que se nos hace, y a corresponder a él de alguna manera.
Así que una forma de evitar sentirse superior a los demás, es practicar la gratitud. Y para ello te propongo el siguiente ejercicio del cual puedes ver los beneficios en el enlace “La ciencia de la felicidad: Experimento gratitud” que pongo al final de este artículo:
- Elige una persona o personas a quienes quieras expresarles gratitud.
- Piensa en algo por lo que estés agradecido.
- Escribe una carta de gratitud a esa persona o persona.
- Queda con esa persona (si no puedes quedar, llámala o envíale un correo; idealmente, lo mejor es ver a esa persona cara a cara) y léele la carta que has escrito (si la persona que elegiste ha fallecido, elige a alguien que haya conocido a esa persona y léele la carta).
- Apunta cómo se sintió esa persona mientras leíste la carta. ¿Cómo te sentiste tú antes, durante y después de hacer el ejercicio?
Es un ejercicio sencillo que, sin embargo, puede resultar difícil para algunas personas. Te animo a que lo hagas, porque seguramente querrás repetir una vez que hayas sentido los beneficios que te aporta en tu camino hacia la felicidad. Después de todo, ¿cuánto tiempo puede llevarte este ejercicio? ¿Una hora? ¿Dos horas? ¿Tres horas? ¿Cuatro horas…? Si te planteas hacerlo en la próxima semana y te llevara cuatro horas hacerlo, aún te quedarían 164 horas para hacer otras muchas cosas más.
Aquí te dejo unos enlaces a unos vídeos muy interesantes (no te pierdas el de Loui Schwartzberg titulado “Gratitud”).
Mihaly Csikszentmihalyi: Fluir.
Loui Schwartzberg: GRATITUD
La ciencia de la felicidad: Experimento gratitud
Volveré dentro de unos 10.080 minutos. Hasta entonces, ¡que la dicha te acompañe!
Michael Thallium
Global & Greatness Coach
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