¡Que nadie se lleve a engaño! Cristina Gómez Godoy no es amiga mía. Sirva la advertencia para que nadie piense que quiero regalarle los oídos con embelecos de falso amigo. De hecho, solo nos hemos visto y hablado una vez, en Madrid, después de un recital que dio en la Sala de Camara del Auditorio Nacional junto con el violonchelista Pablo Ferrández y el pianista sevillano Juan Floristán (véase El mago, el cisne y la encantadora del viento). Cristina es una oboísta de Linares que actualmente desarrolla su carrera profesional como solista de la Staatskapelle Berlin (Orquesta Estatal de Berlín) en Alemania. ¡Todo un logro!
Hoy, 13 de mayo, es su cumpleaños, y pensé que el mejor regalo que podría recibir de casi un extraño como yo es el reconocimiento a su trabajo, el agradecimiento por su música y el deseo de que el entusiasmo la acompañe a lo largo de su carrera y, principalmente, en su vida. Los antiguos griegos pensaban que cuando una persona estaba entusiasmada, tenía la capacidad de transformar la realidad que la rodeaba. De hecho, eso es lo que significa entusiasmo: “en + theos”, tener un dios dentro.
Pues bien, Cristina, en tu vigésimo octavo aniversario eso es lo que te deseo: entusiasmo para que sigas encantando los vientos de la música con tu oboe y para llevar una vida plena rodeada de amor. ¡Que esa capacidad de transformar lo que te rodea siempre te acompañe!
Michael Thallium