La historia, ese relato que hacemos de los sucesos que conforman el devenir de la humanidad, ese relato sobre tantísimas personas que no llegamos a conocer más que por lo que otras dicen o escriben de ellas; la historia, esa que se reescribe según el gusto y principios de cada época… Esa historia, jamás será verídica. Una historia esencialmente verídica no es posible más que en la más estricta ficción. Una historia ficticia y literaria. Sólo en la ficción literaria puede alguien inventar unos personajes y acontecimientos para adueñarse de ellos de forma absoluta e inequívoca. Toda historia no inventada no es más que una pobre aproximación a la realidad, pura interpretación. La historia estrictamente ficticia es la más auténtica, es tal cual la cuenta su autor. Por eso es verídica.
Vigésimo tercer episodio de la serie Sapere aude – Atrévete a saber, es decir, el número 23, que además coincide con ser el primero del año 2023. Grabado en Granada el 2 de enero de 2023, en esta ocasión conversamos con el físico e investigador Manuel López Puertas, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA) del CSIC: CIENCIA Y FÍSICA. Especializado en física atmosférica, con Manuel hablamos de ciencia, física, cambio climático y vida.
Vigésimo segundo episodio de la serie Sapere aude – Atrévete a saber. Este episodio es, además, el último grabado en 2022.
En esta ocasión el invitado es el musicólogo y folclorista Joaquín Díaz. El programa se grabó en la sede de la Fundación Joaquín Díaz, en Urueña, la Villa del Libro. Con Joaquín hablamos de música, sí, pero también de historia, literatura y vida.
Vigésimo episodio de la serie Sapere aude – Atrévete a saber. En esta ocasión contamos con la presencia de la filósofa Miriam Moreno y el poeta y escritor Andrés Trapiello. Con ambos tuvo uno el placer de conversar sobre libros, literatura y vida. En el transcurso de la conversación salen a relucir dos de los maestros de Andrés y Miriam: el escritor Carlos Pujol y el pintor Ramón Gaya.
Décimo noveno episodio de la serie Sapere aude – Atrévete a saber, titulado Fotografía, restauración y cocina mexicana, con la fotógrafa y restauradora Estefanía González, regente, junto con su marido Luis Ángel Martínez, de la fonda TAMÁN, en pleno centro de Madrid. Con Estefanía hablamos de fotografía, de emprendimiento, de qué fue lo que la llevó a ella y a su marido a abrir un restaurante de comida mexicana en Madrid. Tamán, que significa punto de encuentro, es la fonda en la que los alimentos se cuecen a fuego lento. Un concepto cultural y gastronómico que recrea las cocinas de humo y la cocina tradicional de México.
Justo el día en que cumplí 49 años, quizás por aquello de avanzar hacia el número de oro y redondo de los 50, escribí un artículo que titulé El secreto de nada. El título hacía alusión a esa moda tan actual y comprensible de llamar la atención con sencillos titulares del tipo: El secreto para conseguir el mejor empleo, El secreto para ligar, El secreto para hacerte millonario… Y con ellos, otros cientos del estilo a3 secretos para…, 7 secretos para…, 10 secretos para… etc. La receta es cambiar el número —sin escribirlo con letra, claro— e incluso sustituir la palabra “secreto” por “clave” —que está relacionada con “llave”— y de ahí a abrir la puerta del secreto sólo hay un pasito.
Hay cosas que uno va cociendo a fuego muy lento. Las palabras me han fascinado desde pequeño. Son tan antojadizas, tan caprichosas como los seres humanos que las utilizamos. Probablemente esa es la razón por la que siempre me ha fascinado también la etimología, la ciencia del significado verdadero. Nada como quitarle al verbo el atavío del tiempo para quedarse con el étimo desnudo y puro. No hay ningún secreto en la nada, como no lo hay en tantas otras cosas.
Cuando escribí El secreto de nada, me centré en el significado de nada, esa palabra de la que nace todo. Si uno la desviste y la deja desnuda, temblorosa, aparece entonces el sentido verdadero, la esencia, el étimo estético. Nada proviene de nata, que en latín era la forma femenina del participio natus del verbo nasci, nacer. Nata se utilizaba en una expresión, res nata, que significaba algo así como «el asunto en cuestión». La evolución de esta expresión hacia un sentido negativo parece estar ligada al nati plural que se empleaba en la expresión homines nati, es decir, «los hombres nacidos» o «todos». Ese nadi plural acabó degenerando en nadie, justo lo opuesto de todos, porque solía emplearse en frases negativas del tipo homines nati non fecerunt («los hombres nacidos no lo hicieron» = «todos no lo hicieron», es decir, «nadie lo hizo»). Poco a poco, el participio plural fue adquiriendo un valor negativo que terminó por desplazar al nemo, nadie, latino. Del mismo modo, por contagio, parece que la expresión res nata pasa de significar «el asunto en cuestión» a «ningún asunto en cuestión», o sea, nada, sustituyendo así el sustantivo latino nihil que en español ha dado nihilidad, nihilismo y nihilsta. Curiosamente, el catalán se quedó con la primera parte de la expresión res nata: res en este idioma significa nada. A propósito del latín, hace muy poco leí un estupendo libro de Emilio Pascual, Conversaciones de grupo con latín al fondo, una estupenda recomendación de lectura…
Decía que hay cosas que uno va cociendo a fuego lento. Hace ya muchos años que me adentré en el mundo del coaching, término con el que nunca me he sentido cómodo en español. En inglés funciona bien, pero su importación al español, no. Traducirlo como entrenamiento, se queda corto (por cierto, entrenar y entrenamiento están emparentadas con trajín y trajinar); tampoco funcionan formación, instrucción… Fue reflexionando sobre la etimología de las palabras cuando hace ya más de un año inventé un término que a mí me satisfacía y al que no auguraba mucho recorrido: etimogogia. Así, la persona que practica o ejerce la etimogogia es etimogoga. En esencia, la etimogogia es la disciplina mediante la cual se conduce al sentido verdadero, a la verdad desnuda. En un mundo en el que cada vez es más complicado discernir la verdad de la mentira, la etimogogia se me ha convertido en un modus vivendi. La etimogogia conduce… quiere esto decir que requiere de acción. Y a ella me han conducido los idiomas que hablo, los países y continentes en los que he estado, las miles de personas que se han cruzado en mi vida, la música, le lectura, la escritura, en definitiva, la experiencia vital. Si soy etimogogo, lo soy por una necesidad perentoria y vital. No somos exclusivamente palabras, no, pero como dejó dicho un día para las generaciones venideras el escritor Joan Manuel Gisbert: «Vivimos tan plenamente el lenguaje que no puedo creer que no haya llegado hasta ti en su plenitud, belleza y hondura».
Decía el polímata colombiano Nicolás Gómez Dávila que «la inteligencia no consiste en el manejo de ideas inteligentes, sino en el manejo inteligente de cualquier idea». No hay ningún secreto en el logro. No hay ningún secreto en el éxito. El secreto de cumplir años no es otro que el de no haberse muerto uno antes. ¡Vivir! En una época en la que se divulgan con éxito infinitas naderías, la persona culta no se define por lo que sabe, sino por lo que ignora. Palabra de etimogogo.
Décimo octavo episodio de la serie Sapere aude – Atrévete a saber titulado Una vida de cine. En esta ocasión conversamos con una persona muy polifacética: el director y productor Fernando Bonelli.
Fernando Bonelli es abogado de formación y se especializó en gestión financiera y asesoría fiscal dentro del ámbito artístico. Comenzó su carrera en en el grupo audiovisual Globo Media, donde llegó a dirigir el departamento artístico (negociaciones, contratos, presupuestos…). Después de trabajar en series televisivas como Médico de familia, Compañeros, 7 vidas, Periodistas, entre otras, en 2003 funda Bonelli & Asociados. Años más tarde, Bonelli fundó dos empresas de producción artística: Consuelo Films y Mayfield Pictures en las que desempeñó su labor como productor y productor ejecutivo. Entre 2011 y 2017 fue el director del Festival Internacional de Teatro de Almagro. En 2015, su pasión por la escritura le llevó a crear dos editoriales: Editorial Cuenta Atrás y Editorial Sonora. En 2017 terminó su primer cortomentraje, [Still] love you, por el que recibió varios premios. Su segundo corto, en 2019, fue La Tierra llamando a Ana. En 2022, estrenó otro corto titulado Ellie y actualmente ultima el lanzamiento del que seré su cuarto cortometraje: Me llamabas septiembre. De 2019 hasta noviembre de 2023, Fernando Bonelli es el director de producción del Teatro Español y de las Naves del Español en Matadero, Madrid.
Nuevo episodio, el décimo séptimo, de la serie Sapere aude – Atrévete a saber con le médica y viñetista Mónica Lalanda: MEDICINA, VIDA Y COLOR. Mónica Lalanda ejerció la medicina asistencial durante más de 25 años y ahora la ejerce como viñetista en su un movimiento que se conoce como Medicina gráfica.
Mónica dice de sí misma en su página web:
Me llamo Mónica Lalanda. Soy una médica que utiliza pinturillas en vez de fonendo para intentar mejorar la salud de las personas.Soy madre y médico de urgencias con muchos años de formación y una larga trayectoria profesional en el NHS en Inglaterra y después unos años en el SNS también.
Tengo especial interés y amplia formación en Ética Médica y Bioética y soy comunicadora. Me gusta hablar en público de los temas que me apasionan, escribir sobre ellos pero tambien ilustro y lo hago de manera profesional. dibujo viñetas, infografías y cómics. Publico de forma regular en Acta Sanitaria y en la revista de AMYTS.
Me entusiasman las redes sociales, soy gran usuaria de twitter como @mlalanda y tambien estoy en Facebook, linkedin e Instagram.
Su nombre es Chelo. Nos conocimos hace algo más de un año y medio. Ella trabajaba —y trabaja— en el departamento de recursos humanos de la fundación que me contrataba para llevar la comunicación de un centro superior universitario que lleva muchos años organizando un ciclo de conciertos en Madrid. Conectamos desde el primer día, aunque no nos hemos visto mucho durante todo este tiempo. Nos hemos visto lo suficiente como para saber que la vida es un valor y que vivir es optar por la vida. Hoy me regaló esta caricatura que había dibujado un amigo suyo de Cáceres. Es su regalo de despedida. Yo me marcho por coherencia. Dejo el trabajo que he estado desempeñando en los últimos tiempos para emprender nuevas empresas y aventuras. ¿Adónde me llevarán? ¡Quién sabe!
Chelo viene de Consuelo. Y ‘consuelo’ es el discreto regalo que hace a muchas personas, estoy convencido, en el departamento de recursos humanos en el que trabaja. Y sé también que da consuelo a muchas otras personas en otra fundación —de esta sí que doy el nombre: FUNDACIÓN 38 GRADOS— con la que colabora voluntariamente. Acompaña a personas a quienes la vida se les acaba irremisiblemente. Y también sé que procura que todas ellas vean un sueño cumplido al final de sus días. Chelo es una de esas raras personas con las que uno sabe que podrá mantener la amistad toda la vida. Chelo es vida.