El mes de diciembre de 2015 fue un tanto particular para mí, porque fue en él cuando emprendí la lectura de dos libros: “Las armas y las letras” de Andrés Trapiello y “El ingenioso hidalgo Don Quijote” de Miguel de Cervantes. El primero de ellos se lo recomiendo a cualquier persona que quiera aprender algo de literatura e historia durante la Guerra Civil española. Es un libro de referencia que me ha dejado muy buen sabor de boca. Y me sirvió de acicate para abordar la lectura del “Quijote”, aunque confieso que fue un poco más por “cabezonería” que por placer.
A lo largo de mi vida empecé a leer este libro enésimas veces y otras tantas lo dejé. Así que hacia mediados de diciembre me dije: “Te lo lees de cabo a rabo y de una tirada; si no, jamás lo terminarás”. Y eso fue lo que hice. Fue una lectura enriquecedora. En algún momento solté alguna carcajada leyéndolo, pero también hubo momentos de tedio y lectura anodina. ¿Es “El Quijote” la mejor novela en español? Yo no me atrevería a decir que sí. ¿Es un muy buen libro? Sin duda. Sin embargo, abordar su lectura requiere preparación y tiempo.
Cuando hablaba antes de “cabezonería” me refería a que mi objetivo era más bien terminar de leer el libro que leerlo por mero disfrute. Y en ese empeño iba implícita una aspiración personal que a algunas personas podría parecer banal, pretenciosa e inútil en partes iguales, a saber: haber leído tres novelas que muy pocas personas han leído y de las cuales se habla sin conocimiento de causa en la mayoría de casos. ¿Cuáles son estas tres novelas? La ya mencionada de Miguel de Cervantes, “Yo El Supremo” de Augusto Roa Bastos y “El hombre sin atributos” de Robert Musil.
A veces, solo a veces, uno consigue sus objetivos por mero empeño y de forma irracional. Y esa es la única motivación. No hay más razón. Quizás en mi caso haya también algo de vanidad o vanagloria, es decir, que también haya entrado en juego el placer (totalmente irracional y para la mayoría de personas inútil) de poder presumir (sí, presumir, porque leerse esas tres novelas no es moco de pavo) ante amigos y no tan amigos de haber leído esos libros.
Conclusión: si quieres conseguir algo, empéñate en ello.
Michael Thallium
Global & Greatness Coach
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